En el caso mencionado, si el titular de la cuenta fallece junto a uno de los beneficiarios, el hijo del beneficiario tendría derechos sobre dicha cuenta dependiendo de las circunstancias y las disposiciones legales aplicables en cada jurisdicción.

En general, cuando una persona fallece, sus activos y propiedades se distribuyen de acuerdo con su testamento o, en su defecto, con las leyes de sucesión intestada. Si el titular de la cuenta tenía un testamento válido, este documento determinará cómo se distribuirán los activos, incluyendo la cuenta bancaria en cuestión.

En ausencia de un testamento, las leyes de sucesión intestada entrarán en juego. Estas leyes varían según el país y la jurisdicción, por lo que es importante consultar las leyes específicas del lugar donde ocurrió el fallecimiento.

En algunos casos, si el hijo del beneficiario es considerado un «heredero» según las leyes de sucesión intestada, podría tener derechos sobre la cuenta bancaria. Sin embargo, esto dependerá de varios factores, como la existencia de otros herederos y la proporción en la que se distribuyen los activos.

Es importante tener en cuenta que en muchos países, los bancos suelen requerir documentación legal, como un certificado de defunción y una orden judicial, para permitir el acceso a los fondos de una cuenta bancaria después de la muerte del titular. Por lo tanto, el hijo del beneficiario deberá seguir los procedimientos legales necesarios para reclamar sus derechos sobre la cuenta.

En resumen, si el titular de la cuenta fallece junto a uno de los beneficiarios, el hijo del beneficiario podría tener derechos sobre la cuenta dependiendo de las leyes de sucesión intestada y cualquier disposición testamentaria que exista. Se recomienda buscar asesoramiento legal para obtener una respuesta más precisa y adecuada a la situación específica.